El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI, sus efectos no solo se limitan a la atmósfera, sino que también impactan en los océanos y en la vida que albergan. La biodiversidad marina, es decir, la variedad de especies y ecosistemas que existen en el mar, se ve amenazada por el aumento de la temperatura, la acidificación, la pérdida de oxígeno, el aumento del nivel del mar y otros factores relacionados con el cambio climático.

El cambio climático en el mar es un fenómeno que afecta a la vida y el equilibrio de los ecosistemas marinos y las poblaciones costeras. Este fenómeno climático que abarca los mares de la tierra, se debe a varios factores relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global.

El cambio climático en el mar viene trayendo consecuencias graves para la biodiversidad, la seguridad alimentaria, la economía y el bienestar de las personas que dependen del océano. Por eso, es necesario tomar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático en el mar. Es necesario proteger y restaurar los ecosistemas marinos que son fuente de vida y bienestar para millones de personas, y que se ven amenazados por los efectos que causa el cambio climático. En este sentido, se perderán muchas especies que pueden verse en los puzzles del fondo submarino, con animales de llamativos colores.

¿Cuáles son los efectos del cambio climático en la biodiversidad marina?

La temperatura del océano ha aumentado en promedio 0.8°C desde el inicio de la era industrial, y se espera que aumente entre 1.2 y 2.8°C para el año 2100, este calentamiento afecta a la distribución y el comportamiento de las especies marinas, que pueden migrar hacia zonas más frías o profundas, alterando las redes tróficas y las interacciones ecológicas. Algunas especies pueden adaptarse mejor que otras, lo que puede provocar cambios en la composición y diversidad de las comunidades marinas.

La acidificación del océano es otro efecto del cambio climático, causado por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se disuelve en el agua y forma ácido carbónico. Este proceso reduce el pH del océano y dificulta la formación de carbonato de calcio, un mineral esencial para la construcción de los esqueletos y conchas de muchos organismos marinos, como los corales, los moluscos y algunos tipos de plancton. La acidificación puede afectar a la supervivencia, el crecimiento, la reproducción y el desarrollo de estas especies, así como a su capacidad para resistir enfermedades y estrés ambiental.

La pérdida de oxígeno en el océano es otro fenómeno relacionado con el cambio climático, que se debe al aumento de la temperatura y a la disminución de la mezcla del agua. El oxígeno es vital para la respiración de los organismos marinos, y su disminución puede tener efectos negativos sobre su metabolismo, su rendimiento y su distribución, algunas zonas del océano pueden convertirse en zonas muertas, donde la vida es prácticamente inexistente debido a la falta de oxígeno.

El aumento del nivel del mar es otro impacto del cambio climático sobre los océanos, que se debe a la expansión térmica del agua y al derretimiento de los glaciares y las capas de hielo. Este aumento puede afectar a los ecosistemas costeros, como los manglares, los arrecifes de coral y las praderas marinas, que proveen hábitat, alimento y servicios eco sistémicos a una gran diversidad de especies marinas. Estos ecosistemas pueden perder superficie o profundidad debido a la inundación o a la erosión costera, lo que puede reducir su capacidad para amortiguar los efectos de las olas y las tormentas.