Las estrellas fugaces son uno de los espectáculos más fascinantes del cielo nocturno, a menudo se les asocia con la magia y los deseos, desde la antigüedad se ha otorgado cierta connotación fantasiosa y se especulaba de su origen, al no tener los medios para investigarlas. Las estrellas fugaces no son estrellas, sino fragmentos de polvo, hielo o roca que provienen del espacio y que entran en contacto con la atmósfera terrestre. Al hacerlo, se calientan por la fricción y se vuelven incandescentes, emitiendo una luz brillante que puede durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos.

Las estrellas fugaces son un espectáculo maravilloso que podemos observar en el cielo nocturno cuando las condiciones son favorables, ver una estrella fugaz es un espectáculo único, que además está rodeado de mitos y leyendas, muchas culturas han asociado estos fenómenos con señales divinas, deseos cumplidos o presagios del futuro. Lo cierto es que las estrellas fugaces son una muestra de la belleza y la complejidad del Universo, y una invitación a explorarlo y conocerlo mejor.

Estos fragmentos de material espacial se llaman meteoroides, y pueden tener desde el tamaño de un grano de arena hasta el de un pequeño asteroide, cuando estos cuerpos celestes atraviesan la atmósfera, se convierten en meteoros o estrellas fugaces. La mayoría de ellos se desintegran por completo antes de llegar al suelo, pero algunos pueden sobrevivir y caer en la superficie como meteoritos. Las estrellas fugaces son un fenómeno natural que nos permite admirar la belleza del universo y la dinámica de los cuerpos celestes, además, nos recuerdan que nuestro planeta está rodeado de otros mundos que aún nos quedan por explorar.

Formación de las estrellas fugaces

Las estrellas fugaces pueden tener diferentes orígenes, pero la mayoría son restos de cometas o asteroides que orbitan alrededor del Sol, cuando la Tierra cruza la trayectoria de estos objetos, algunos de sus pedazos se desprenden y caen hacia nuestro planeta, creando las estrellas fugaces. La mayoría de las estrellas fugaces se desintegran por completo antes de llegar al suelo, pero algunas pueden sobrevivir y convertirse en meteoritos, estos son muy valiosos para los científicos, ya que contienen información sobre la historia y la composición del sistema solar.

Las estrellas fugaces se pueden ver en cualquier momento del año, pero hay épocas en las que se producen más frecuentemente, estas son las llamadas lluvias de estrellas, que ocurren cuando la Tierra pasa por zonas con mayor concentración de partículas espaciales. Algunas de las más conocidas son las Perseidas, las Leónidas o las Gemínidas, las lluvias de meteoros suelen tener el nombre de la constelación desde donde parecen surgir los meteoros. Por ejemplo, las Perseidas se originan en la constelación de Perseo y se pueden ver en agosto.

Las estrellas fugaces tienen diferentes colores según el tipo de gas ionizado que dejan a su paso, el verde se debe al oxígeno, el rojo al nitrógeno y el azul al magnesio, el color también depende de la temperatura y la velocidad del meteoro. Las estrellas fugaces tienen una larga tradición mística y cultural, desde la antigüedad, se les ha asociado con presagios, deseos y mensajes divinos. Una de las leyendas más famosas es la de los Reyes Magos, que siguieron una estrella fugaz hasta Belén para adorar al niño Jesús. Una de las estrellas fugaces más impresionantes es el meteorito de Fukang, descubierto en China en 2000, es una piedra compuesta por hierro, níquel y cristales dorados de olivina, un mineral muy raro y bello, el meteorito pesa más de mil kilogramos y tiene unos 4.500 millones de años.