Se han hecho descubrimientos sobre los efectos de la exposición a nanopartículas de plástico en el desarrollo neuronal, las nanopartículas de plástico son partículas muy pequeñas, de menos de 100 nanómetros, que se pueden encontrar en el medio ambiente, en productos cosméticos, en alimentos o en el aire que respiramos.

Estas partículas pueden entrar en nuestro organismo por diferentes vías, como la inhalación, la ingestión o la absorción cutánea, y llegar al cerebro, donde pueden afectar al funcionamiento de las neuronas y otras células nerviosas. Los estudios médicos nos muestran que los daños a nivel neuronal pueden venir de diferentes ambientes y elementos, que pueden afectar el funcionamiento normal del individuo.

Estas afecciones debidas a la ingesta de plástico por nanopartículas se ven comúnmente en animales marinos o en la contaminación de los mares, de esto se pudo encontrar que la intoxicación con plástico hace que las especias analizadas hayan perdido capacidades cognitivas, en su desarrollo habitual neuronal. Asimismo, se llega a la conclusión que esta contaminación, gracias a estudios en organismos animales, y en laboratorios de estudios neuronales, produce un decaimiento en la red neuronal de los individuos expuestos a estas nanopartículas.

¿Qué son las nanopartículas de plástico?

Las nanopartículas de plástico son fragmentos de plástico muy pequeños, que se originan por la degradación de los plásticos más grandes o por la síntesis química, estas partículas pueden tener efectos negativos en el medio ambiente y la salud humana, ya que pueden acumularse en los organismos acuáticos, el suelo o el aire. Algunas fuentes de nanopartículas de plástico son los cosméticos, los textiles, los envases o los neumáticos.

Las nanopartículas de plástico son difíciles de detectar y medir, debido a su pequeño tamaño y a la variedad de formas y composiciones que pueden tener, se necesitan técnicas avanzadas como la microscopía electrónica o la espectrometría de masas para identificarlas y cuantificarlas. Además, se desconocen muchos aspectos sobre su comportamiento, distribución y toxicidad en el medio ambiente.

Efectos de la exposición a nanopartículas de plástico

Los mecanismos por los que las nanopartículas de plástico pueden dañar el desarrollo neuronal no están del todo claros, pero se han propuesto varias hipótesis. Una de ellas es que las nanopartículas de plástico pueden generar estrés oxidativo, es decir, un desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes, que puede provocar daños en ciertas ocasiones en las los lípidos o el ADN de las células. Otra hipótesis es que las nanopartículas de plástico pueden alterar la comunicación entre las neuronas, interfiriendo con los neurotransmisores, los receptores o los canales iónicos.

También se ha sugerido que las nanopartículas de plástico pueden inducir una respuesta inflamatoria en el cerebro, activando a las células gliales y liberando citoquinas proinflamatorias. Los efectos de la exposición a nanopartículas de plástico en el desarrollo neuronal pueden ser muy variados y dependen de factores como el tipo, el tamaño, la forma, la carga, la composición o la dosis de las nanopartículas, así como del tiempo y la vía de exposición, la edad o el estado de salud del individuo.

Algunos estudios han mostrado que las nanopartículas de plástico pueden causar alteraciones en la morfología, la proliferación, la diferenciación o la supervivencia de las células nerviosas, así como en la sinaptogénesis, la plasticidad o la memoria. Estos efectos pueden tener consecuencias negativas para el aprendizaje, el comportamiento o las funciones cognitivas, la exposición a nanopartículas de plástico en el desarrollo neuronal es un tema de gran interés y preocupación, ya que puede tener implicaciones para la salud pública.